Su leyenda se debe mucho a los excelentes futbolistas que llenaban las pistas húngaras a finales de los cuarenta, más aún en los cincuenta. El capitán de entonces de la Asociación Nacional de Fútbol Húngara no tenía dificultades en seleccionar. Todo empezó el 10 de abril de 1949 en el Estadio de Strahovi de Praga, cuando Gusztáv Sebes finalmente reemplazó a Tibor Gallowich quien se había retirado por su enfermedad (después del 19 de septiembre de 1949 una comisión de selección formaba el equipo). Este día de abril los checoslovacos batieron a nuestro equipo seleccionado con un resultado de 5-2. Sólo Bozsik, Zakariás y Puskás pudo presentarse de los miembros del futuro Equipo de Oro.
“El comienzo malo será seguido por una buena continuación, esta vez contra los austríacos...,” dijo Gusztáv Sebes, el Capitán de entonces. Y tenía razón. El equipo húngaro les ganó a nuestros compadres por 6-1 con dos novicios delanteros del exterior: László Budai II y Zoltán Czibor. Los cinco atacantes eran: Budai II, Kocsis, Deák, Puskás, Czibor. La fecha: 8 de mayo de 1949; estuvieron presentes 50 000 espectadores en el estadio de Megyeri út, Budapest.
El capitán estaba investigando para seleccionar la formación más competente y fue obligado a omitir todo un cortejo de estrellas. Tampoco pudo encontrar a la pareja ideal de medios. József Bozsik e Imre Kovács formaba la primera categoría, pero el mecanismo se estropeaba cada vez que jugaban juntos, porque ambos intentaban a dirigir. Gusztáv Sebes finalmente eligió al más dinámico József Bozsik y seleccionó como su pareja a József Zakariás, el compañero de medio de Imre Kovács en su equipo, quien no participaba tanto en organizar los ataques, mas bien ayudaba a impedir las acciones del adversario, jugando como un tipo de cuarto defensor. Tenía un don para aprovechar la pelota; he aquí el primer precursor del fútbol moderno.
El capitán legendario probó a muchísimos futbolistas en la camiseta con el escudo. Realmente era ya el Equipo de Oro que ganó la olimpiada de Helsinki, aunque allí otras personas ocuparon ciertos puestos en vez de los miembros de la formación clásica. Verdaderamente el Equipo de Oro debutó el 20 de septiembre de 1952 en el Estadio Wankdorf de Berlín, donde ganó a los suizos por 4-2, pero les hubiera sido difícil imaginar la tragedia que iba a pasar dos años más tarde en aquella pista. Gusztáv Sebes primero seleccionó como delantero centro a Péter Palotás, porque los suizos nos estaban ganando por 2-0. Al pasar media hora, Nándor Hidegkuti entró en la pista en cambio del atacante, y fue en este momento que el Equipo de Oro tomó la formación clásica. Su estreno verídico ocurrió el 17 de mayo de 1953 en Roma, cuando los nuestros jugaron la final de la Copa de Europa contra los italianos delante de un público de 90 mil personas en el Estadio Olímpico, derrotando a los orgullos de la Italia por completo (0-3). Este resultado era una victoria resonante, que según muchos vale aún más que el 6-3 posterior en Londres. La formación legendaria apareció delante del público en tres encuentros más: el 15 de noviembre de 1953 en el Estadio Popular [Népstadion] de Budapest con el resultado de 2-2 contra los suecos (que era el preludio al partido de Londres...); diez días después, cuando tuvo lugar el encuentro del siglo en el Estadio Wembley, y un año más tarde, cuando ganamos por 1- 0 con el autogol de Ernst Happel en el estadio de Prater en Viena.
Y la formación más brillante del fútbol húngaro no entró en la pista nunca más. La posterioridad recuerda con admiración al seleccionado que jugó cuatro veces y media; al mundialmente famoso Equipo de Oro. ---- G ----