Poco después de la Segunda Guerra Mundial, aún sobre las ruinas ya se organizaban partidos para el equipo nacional. Budapest se había apenas despertado después de la conflagración mundial, cuando la selección de Austria visitó la capital húngara. Los organizadores tuvieron una idea: ya que los “cuñados” estaban aquí, porque no organizar dos encuentros en vez de uno sólo. Así ocurrió que el 19 de augusto de 1945, en la calle Üllői, frente a 40 mil espectadores (árbitro: György Szigeti) salió al campo la selección húngara y en el decimoctavo minuto Ferenc Rudas marcó un gol de penalti en la puerta de los austríacos. Eso fue el primer tanto postbélico de la selección, los nuestros jugadores ganaron el partido por 2-0, pero no se pudo festejar ni siquiera hasta la mitad de la tarde, porque el día siguiente, es decir el día 20 de agosto los dos equipos, en la presencia de 20 mil hinchas corrieron otra vez al campo de juego.
Maravillosa primera salida contra los austríacosEso fue la primera vez que Ferenc Puskás se puso la camiseta con el escudo nacional.
El joven atacante del Kispest goleó ya en el duodécimo minuto, señalando con esta forma, que una fantástica carrera se le estaba esperando. En aquel tiempo Imre Szabó, Ferenc Szusza, Gyula Zsengellér, Ferenc Puskás, Gyula Vincze II. formaban la línea de ataque. Todavía no se hablaba de “Equipo de Oro”. El entrenador era Tibor Gallovich.
“Tengo recuerdos inolvidables de Öcsi, que descanse en paz - recordó Ferenc Rudas, jugador seleccionado por 23 veces para al equipo nacional. Hacía el fin de la guerra era soldado y me asusté mucho cuando el día 19 de marzo del año 1944. oí la noticia que habían entrado los alemanes. Habíamos tenido que jugar un partido de campeonato con el Kispest en la calle Üllői. Me acompañaron dos oficiales al campo para evitar que yo escapara. Cuando llegué, mis compañeros me acogieron diciendo “Feri, hoy tu tarea será muy difícil. En el equipo del adversario hay un atacante milagroso, al cual tendrás que prestar mucha atención.” Yo pensaba, que ¿porqué atemorizarme por un neófito de pocas barbas? Pues Öcsi mostró sus capacidades. Marcó dos goles y el Kispest ganó por 3-2. Un año después vino el equipo nacional de Austria para dos encuentros. En el primer partido el seleccionador, Tibor Gallovich puso a prueba a algunos bisoños, cómo por ejemplo Rudolf Illovszky y Károly Lakat, solo para mencionar dos excelentes jugadores. Ganamos a 2-0 y fue yo quien había marcado el primer gol - de penalti - después de la guerra. El día siguiente nuestro equipo jugó en una formación completamente diferente, esta vez yo no fui seleccionado, pero Puskás Öcsi debutó.
Jugó fantástico. Los austríacos no tenían la menor idea de quien era aquel muchacho pero es probable que aquel día, el 20 de agosto de 1945, aprendieron su nombre para toda la vida.”
Algunos minutos de juego fue el sueño de los cambiosAlgunos grandes futbolistas jugaban solo los papeles episódicos en el Equipo de Oro.
Se trata de ases que hubieran podido ser jugadores determinantes en el equipo de cualquier otro país. Ferenc Machos, Lajos Csordás o por ejemplo Pál Várhidi. Este último despertó el interés del seleccionador como defensor del Újpest y le fue dada la posibilidad de asistir entre los jugadores de reserva a la victoria a 6-3 en Londres, así como participar en el mundial d del final dramático de 1954. de Suiza, como miembro del cuadro del equipo nacional.
„Todo empezó en Bucarest – dijo el defensor legendario del Újpest. - Se organizó el Festival Mundial de la Juventud en la capital rumana, y ala vez un torneo de los equipos nacionales de sub 21 . Sucedió aquí que Gusztáv Sebes me descubrió. Estaba totalmente mareado, cuando en noviembre de 1953 partimos para Londres al partido del siglo. Nos paramos en París, donde jugamos un partido contra el equipo de la fábrica Renault. Eso fue la primera vez que yo jugué en el Equipo de Oro.
Por lo que concierne el encuentro de 6-3: a mi me habría gustado salir al campo y pasar por lo menos dos minutos en césped santo, pero a pesar de eso, para mi fue una experiencia muy particular poder asistir al partido en el estadio.”
El equipo perdió por causa del cansancioPál Várhidi recuerda que después del partido recibieron 5000 florines por cabeza que no fue una suma muy grande, siempre se recibían 1000 por una victoria en el campeonato.
“ Yo estuve presente en el campeonato mundial del 1954, pero en aquel tiempo todavía existía la regla inconcebible, según la cual no se podía cambiar. Por eso yo miraba los partidos desde la tribuna. Me acuerdo claramente de la final, no la puedo borrar de mi memoria. Sentíamos que el equipo húngaro estuvo muy cansado, muy agotado, y que no jugaba tal, como había jugado antes. Por encima los jugadores alemanes jugaban en zapatas modernas con tacos intercambiables que en aquel tiempo lluvioso se adaptaban mejor al terreno. Nuestros jugadores no tenían esta posibilidad. Después del encuentro lloramos juntamente con los muchachos, y a mí solamente después del mundial se me presentó la ocasión de jugar un partido oficial en la selección nacional: en septiembre de 1954, en Budapest vencimos a los rumanos a 5-1 y yo, como cambio recibí 10 minutos de juego de Gusztáv Sebes. Öcsi en aquel partido no marcó ni un tanto. Dicho sea de paso que aquella selección no era un simple equipo, sino que era una verdadera compañía de amigos.” ---- E