„En el séptimo minuto el camino de la pelota es Lóránt – Bozsik, Bozsik hace salir adelante a Kocsis, el interior derecho remata con gran fuerza de 16 metros, la pelota rebota en Liebrich a Puskás, nuestro interior izquierdo remata de ocho metros, rasante, al rincón izquierdo del arco, 1-0”
„En el séptimo minuto el camino de la pelota es Lóránt – Bozsik, Bozsik hace salir adelante a Kocsis, el interior derecho remata con gran fuerza de 16 metros, la pelota rebota en Liebrich a Puskás, nuestro interior izquierdo remata de ocho metros, rasante, al rincón izquierdo del arco, 1-0”¿Somos capaces de analizar sin sentimientos apasionados al final del campeonato de1954? ¿Podemos mirar frente a los acontecimientos de 50 años atrás, en forma tranquila, sin furia y con lágrimas en el rincón de los ojos?Nos es fácil. Incluso, es imposible.Los que vieron el documental preparado por los alemanes, transmitido por MTV (Televisión Húngara), y después vieron el resumen de 38 minutos sobre el final del campeonato mundial, nunca antes visto, ellos saben perfectamente la respuesta a la pregunta. No se puede. Simplemente no se puede. Repetidamente salen los sentimientos apasionados, no se trata de tranquilidad, en vez de ella en realidad están las lágrimas. Es todo. Esta cruz la cargamos nosotros, húngaros, hasta el final de los tiempos, a través de las generaciones. Hoy en día el dolor es tan penetrante, como era el 4 de julio de 1954. Lo pueden confirmar todos los oyentes, que escucharon la transmisión radial inolvidable de György Szepesi. El viernes muchos de ellos se acomodaron frente a la televisión, y agarrando el sillón, después de 50 años volvieron a no creer, que perdimos el partido. Tal vez se hayan levantado, cuando Mihály Tóth jaló la pelota al lado de Turek y después remató de cinco metros el balón, dando a las rodillas de Kohlmeyer descuartizado desesperadamente en la línea del arco. O cuando Öcsi Puskás un minuto antes del final del partido, del lugar del interior izquierdo mete un tanto inmenso, los jugadores húngaros están abrazados, y llega un inglés llamado Ling, el árbitro, y anula el gol. ¿Cómo les fue en revivir todo esto?“Kohlmeyer, frente a Kocsis cede la pelota atrás al arquero Turek, hacia el palo izquierdo, Turek se sorprende, cae la pelota de sus manos. El despierto Czibor coge la pelota, la conduce hacia el palo derecho y de tres metros de distancia la mete en el centro de la puerta. 2-0.”En aquel día, 4 de julio, todo el día estaba lloviendo. Ya había empezado en la víspera, solo llovía, rociaba como la ducha, y aunque no hacía frío, parecía al otoño. Este clima, el césped resbaladizo no convenía a los jugadores húngaros, que jugaban un fútbol técnicamente muy elevado. Berna vivía en la fiebre del final del Mundial. Los hinchas paseaban en paz, en amistad, por las calles. Los traficantes de boletos también hicieron mucha venta. Los sitios de 35 francos ascendieron a 300, y los sitios para estar de pie de 6 francos se podía conseguir a lo mejor de los casos por 25 francos. Berna fue invadido por los alemanes. De ellos, solo los más fanáticos confían en la maravilla, pues durante los partidos preliminares en el grupo, los húngaros les ganaron a los alemanes por 8-3. Por otro lado el seleccionado húngaro fue invicto desde hace 31 partidos. Todo el mundo esperaba nuestra victoria, más aún, cuando se sabía, que Puskás, quien anteriormente fue pateado duramente por Liebrich, asumió a jugar. Si Öcsi no hubiera jugado, entonces Péter Palotás habría entrado en su lugar.¿Pero a quién le importaba, cómo era la formación del equipo? ¡¿Fue importante la formación mientras nosotros éramos los mejores del mundo?! Los miembros del seleccionado húngaro se habían retirado temprano, y en el día del final desayunaron a las nueve de la mañana. Luego se definió, que Ferenc Puskás podía entrar en la cancha. Öcsi se movía, se tiraba, tiró al arco, después se dirigió sonriendo al directo técnico húngaro Gusztáv Sebes, que quería estar en el equipo.A las diez se realizó la reunión táctica. En ella se conversaba, que nuestro seleccionado había llegado hasta el final después de una lucha heroica, venciendo a Brasil, y a Uruguay en tiempo extra. Después Gusztáv Sebes proclamó la formación. Fue la primera vez, cuando los jugadores se miraron consternados, aunque todavía nadie prestó la atención. Zoltán Czibor, el exterior izquierdo del Equipo de oro, esta vez jugaba en el exterior derecho según la táctica del director técnico. Quedó fuera László Buday II. y aquel Mihály Tóth jugaba en el costado izquierdo, que tenía la tarea de atacar, defender y bloquear el lado izquierdo.Gusztáv Sebes percibía, la necesidad de decir algo, se dirigió al equipo: „Czibor es de pie derecho, hace mucho, que quería probarlo en el lado derecho. Buena oportunidad, porque Kohlmeyer, el defensor izquierdo de Alemania es lento, se gira lento y Czibor tendrá todas las posibilidades de tener éxito. Hay que llevar la pelota encima y luego jalarla a su lado.” El equipo húngaro salió al Estadio Wankdorf cansado. Mientras los alemanes estaban tranquilos por no tener el chance, fortalecidos por ampollas de glucosa. Así enfrentaron en la cancha al seleccionado húngaro invencible.„En el minuto 11. Schafer corre en el costado izquierdo. Lóránt no alcanza su entrega, Zakariás también apenas toca la pelota, que llega ante Morlock y de muy cerca Morlock empuja la pelota en la red junto al palo derecho. 2-1.”En Hungría en el horario del partido organizaron una competencia de atletismo, por supuesto con tribunas repletas. El público aplaudía cuando Erzsébet Vigh alcanzó el récord nacional en lanzamiento de jabalina, se explotó en éxtasis, cuando nuestro Szabó en 5000 meros de corrida apretaba al famoso corredor checo, Emil Zatopek. Pero la atención se concentraba en la transmisión radial, y casi todo el público escuchaba a György Szepesi, que con gran entusiasmo comentaba el partido, incluso, cuando los alemanes empataron a pesar de la rápida ventaja de dos goles de los húngaros.„Fritz Walter lanza el tiro de esquina, la pelota vuela en 2 metros de altura, Grosics no alcanza golpearla, pasa la pelota por encima, y Hahn de cinco metros del arco remata la pelota al vuelo en el rincón derecho, 2-2.”No había problema, todavía no había gran problema. Todo el mundo pensaba lo mismo. Tal vez hayan sonreído en el Estadio Popular en Budapest o en las cocinas, en los jardines o en las terrazas, donde la gente se sentaba a escuchar el partido. Bien, bien, recibimos dos goles; la vez pasada recibimos tres, mientras les metíamos ocho, tampoco iba a ser diferente ahora. El seleccionado húngaro seguía atacando, pero las oportunidades quedaban sin aprovechar. En el medio tiempo los futbolistas, totalmente mojados, se sentaron en la banca y todos se quejaban por la cancha que patinaba. Luego escuchamos tantas veces: el masajista Szűts se dedicaba a todos los jugadores, aflojaba los músculos, después aparecían camisas y pantalones secos. Gusztáv Sebes instó a jugar más tranquilo, más dinámico. Le dijo a Czibor, que regresara al lado izquierdo, y Mihály Tóth sería el extremo derecho.En el otro vestuario Sepp Herberger parecía contento. Los alemanes recibían en ampollas o en inyecciones la supuesta glucosa, llamada vitamina. Este proceso hizo grave efecto en algunos meses, cuando los jugadores, uno tras otro se enfermaban en ictericia. Tal vez no haya sido de casualidad, que después de muchos años explotó la acusación de dopping por el profesor Guido Knopp, director de la película „La historia real de la maravilla de Berna”. El conocido historiador y profesional de televisión explica los sucedidos con aquello, que el médico del equipo alemán aplicó las inyecciones de glucosa a los jugadores con una jeringa que mucho antes había quitado de un médico ruso. Nuestros jugadores parecían cansarse cada vez más y en el final del partido los alemanes atacaban más y más peligrosamente.„En el segundo tiempo en el minuto 39. corre el juego en nuestra cancha, ponen zancadilla a Bozsik, pero el árbitro señala seguir. La pelota llega a Rahn, él recoge la pelota, encara y elude a dos zagueros hacia la izquierda. Está a 12 metros del arco y remata un zurdazo, bajo en el rincón derecho, 3-2.”El momento, cuando la pelota toca la red del arco de Gyula Grosics. El momento que cargamos desde hace cincuenta años en nuestras almas…Y no solamente lloramos por el final del campeonato del mundo perdido, sino por los jugadores del Equipo de oro, por los fallecidos Gyula Lóránt, Mihály Lantos, József Zakariás, József Bozsik, László Buday, Sándor Kocsis, Nándor Hidegkuti, Zoltán Czibor, porque sería lo apropiado, si ellos pudieran contar sobre esta experiencia imposible a procesar. O que pudiera contar por lo menos el grave enfermo, Ferenc Puskás. Solo se escucha de la grabación la voz de György Szepesi, que dice cada vez más desesperadamente: oyentes, debemos resignarse en lo sucedido: perdimos el final del mundial.. Pero no, nosotros húngaros nunca podemos resignarse con esto… El gol ilegal de los alemanes:Intentamos a reconstruir el gol de empate de los alemanes con la ayuda de fotos borrosas y por las tomas vistas en la televisión: después del tiro de esquina empujaron a Grosics al salir a buscar la pelota, por esto Helmut Rahn podía rematar con toda tranquilidad entre dos húngaros. ---- Hace exactamente 50 anos, que el Equipo de oro perdió en el final del campeonato mundial contra Alemania. Hoy en día, lamentablemente siguen con vida solo tres jugadores del equipo inicial y de ellos Ferenc Puskás es enfermo grave. Por suerte Gyula Grosics y Jenő Buzánszky están de buena salud y en adelante ellos recordarán del partido triste.
„Ni un minuto pensaba, que este partido podía perder el equipo húngaro dice Gyula Grosics, la Pantera Negra del antano. No solamente, porque algunos días antes en los partidos del grupo les ganamos 8-3 a los alemanes, sino porque el seleccionado húngaro fue el mejor equipo de la época. Ferenc Puskás, Sándor Kocsis, József Bozsik eran verdaderos astros, que jugaron en nuestro equipo. Con todo esto no logramos ganar, aunque en los primeros minutos teníamos dos goles de ventaja. Nuestro equipo no jugaba su mejor partido, pero creo, que el árbitro inglés haya tenido mucho papel en el resultado. Ante el segundo gol, a mí me cometieron una infracción dentro del área y a pesar de esto él legalizó el tanto. Después, en los últimos momentos, con la ventaja de 3-2 de los alemanes, no legalizó el gol de Öcsi Puskás por posición adelantada. Se podría discutir mucho sobre este momento, si fue o no posición adelantada, pero yo considero decisivo una grabación particular encontrado hace poco, que comprobó, que el gol de Öcsi había sido legal. Aunque hayamos intentado de embellecer los recuerdos durante el pasado medio siglo: aunque todavía duele mucho la derrota, sin embargo estoy contento de conocer extraordinarios deportistas alemanes. Los contrincantes se convirtieron en amigos y vimos el partido muchas veces conjuntamente. Nos respetamos mutuamente tanto, que al llegar a 2-2, siempre paramos el vídeo y ya no vemos el gol de Rahn. Por esto fue tan indignante para mí, que justo un periódico alemán les acusaba a estos deportistas excelentes con dopping. Tontería, ellos ganaron en el final, porque metieron lamentablemente un gol más que nosotros.”
El defensor derecho, Jenő Buzánszky, duro como la roca, se sentía la primera vez en el medio tiempo, que podrían haber problemas. „La preparación misma tampoco fue ideal, porque algunos músicos tocaron toda la noche al lado de nuestro hotel y no podíamos descansar mucho antes del partido – refrescaba sus recuerdos el excelente defensor de antano. - A pesar de todo habíamos empezado más frescos, teníamos la ventaja de dos goles, pero los alemanes empataron rápido y hasta el medio tiempo ya no cambió el resultado. Al irse al vestuario me asusté un poco, porque vi en los demás, que tampoco habían pensado esto y todos estaban sorprendidos por la tenacidad del contrincante. En aquel momento surgió un pensamiento: !Cielos! !Tal vez no ganemos nosotros el final del campeonato mundial! Hasta así, podríamos haber ganado, aunque los alemanes habían metido gol primero, después Öcsi remató el tercer gol húngaro. El juez de línea lamentablemente creía, que era el primero de mayo, y senalaba con la bandera. El árbitro por esto no legalizó el gol. Perdimos el partido causando gran tristeza al país y a nosotros. En aquella época rumorearon mucho sobre que el partido no había sido limpio. No es verdad. Los hinchas creían, que los dirigentes del estado vendieron el partido, pues después, todos corrían con carros nuevos. Pero no nos olvidemos de que la FIFA entregó trescientos mil dólares por el segundo puesto, si no me equivoco, y probablemente estos fondos hayan financiado al Mercedes o al tractor de los principales companeros del partido, según cada cual…”
György Szepesi, el reportero de radio legendario, que comentaba el final, dijo lo siguiente sobre el partido de cincuenta anos atrás: „Ya me sentía que había problemas. No dije nada, no hice referencia ni con una palabra, no quería asustar a los hinchas húngaros, pero supe, que en este día sufría el equipo. Luego, alrededor del 60. minuto del partido, László Buday, parado al lado mío, dijo que íbamos a perder. Y, lo ves, perdemos…”
El director técnico del seleccionado húngaro, Gusztáv Sebes, que murió en 1986 a los 80 anos de edad, después del final del campeonato mundial de Berna, dijo los siguientes al diario de deporte Népsport: mis delanteros pasaron muchas oportunidades, muchos de mis jugadores estaban cansados. Cavilaba mucho sobre refrescar el equipo con algunos jóvenes, después de los dos partidos difíciles con Brasil y con Uruguay. Al fin optaba por los más experimentados. Basándose en las oportunidades pudo ser otra vez el resultado 8-3 a nuestro favor. El tercer gol de Puskás era totalmente legal, en el momento de pase él no estaba en posición adelantada. Por la zancadilla de Kocsis el árbitro debió haber senalado penalti. Hasta así teníamos en las manos la victoria, pues tuvimos dos goles de ventaja, luego los chicos cedieron del ritmo y esto fue un error. En el segundo tiempo la cancha difícil y pesada quitó mucha fuerza de los jugadores y lamentablemente no aguantaron el ritmo, como lo han hecho en los partidos anteriores.”
El seleccionador nacional alemán Sepp Herberger - él también falleció a los 80 anos, en 1977 - valoró de la manera siguiente: "El equipo jugó con un enorme entusiasmo, y ofreció un resultado que ningún equipo alemán había ofrecido nunca. Nuestros delanteros siempre participaban en el trabajo de la defensa y nuestros jugadores no conocían balón perdido... Podemos considerar que ganamos gracias a este entusiasmo sin límites y a este espíritu luchador. Este partido era un partido cuya lección se deberá tratar en adelante y aprovechar utilizándola.”
El tren de los héroes vuelve a lanzar humo
Recordar sólo se puede de manera bonita y los alemanes cumplen con ello, ya que a pesar de las semanas siguientes a las finales, recuerdan con un lujo de detalles nunca vistos las finales de Berna. Exposiciones, libros, películas de cine y documentales rinden homenaje al primer gran éxito alemán, a los héroes que ganaron la selección húngara, la favorita destacada del mundial.
Primero, en 2003 se presentó Sönke Wortmann, director de cine con la película titulada "Das Wunder von Bern" (El milagro de Berna) en la que sigue el camino de la selección hasta las finales de Berna, e intenta exponer también para las generaciones de hoy qué significaba hace cincuenta anos esta victoria para la gente de aquel entonces. Hasta ahora tres millones y medio han pensado que vale la pena ver la película.
La paleta de los libros y revistas es mucho más amplio de esto, sin embargo, se piensa generalmente que la fuente más auténtica y emocionante es el libro del legendario Fritz Walter, titulado "!3-2 - el partido ha terminado! !Alemania es campeón mundial!”. Junto al libro del delantero espléndido, las obras de Peter Kasza: "El milagro de Berna - el fútbol ha escrito historia", y de Rudi Michel "Alemania campeón mundial - mis recuerdos del milagro de Berna" recuerdan a los héroes, tal como lo hace la edición de la revista deportiva Kicker, titulada "50 anos - el milagro de Berna", y la obra de la companía televisiva ZDF titulada "El milagro de Berna - una historia verdadera". Pero la verdadera celebración tuvo lugar el fin de la semana pasada, y hoy se sigue celebrando. Por ejemplo, el tren que transportaba a casa al equipo en 1954, el VT 08 ha sido puesto en marcha de nuevo.
El tren transporta pasajeros en la región del Ruhr, entre ellos a varios de los testigos de vista de las finales, y a otros famosos del mundo del fútbol. Sin embargo los héroes de Berna no estarán en el tren, a ellos les toca presentarse en Lisboa, en las finales de la Copa Europea: Horst Eckel, Ottmar Walter, Ulrich Biesinger, Alfred Pfaff y Heinrich Kwiatkowski estarán en el partido Portugal-Grecia, pero Herbert Erhardt y Hans Schafer han renunciado a asistir por motivos de salud. Varias viudas de companeros de antano (de Josep Posipal, Werner Liebrich, Berni Klodt y Helmut Rahn) acompanarán a los grandes del pasado.
?Y por qué sigue siendo tan popular el equipo de 1954 hoy todavía?
Gerhard Mayer-Vorfelder, presidente todavía en funciones de la Asociación de Fútbol Alemana ha dado la respuesta: "En los tiempos difíciles la medalla de oro dio un impulso tan grande que toda la nación recuperara la esperanza y la propia estimación, asimismo después de los difíciles tiempos de guerra abrió camino hacia la ONU. Hasta hoy no ha habido otro acontecimiento deportivo que hubiera tenido tal alcance histórico y político." ---- László Feleki, reportero enviado por el periódico deportivo Népsport (Deporte Popular) mandó una valoración al día siguiente de la derrota en las finales del campeonato mundial de Berna en la que el periodista legendario resumía en seis puntos por qué habíamos perdido.
? 1. Circunstancias exteriores
El árbitro inglés no nos dio un gol regular metido por nosotros, ni un penalti justificado, ni teníamos suerte, ya que nuestros jugadores dispararon contra el poste de la puerta dos veces. Además, el tiempo era lluvioso, el suelo pesado, blando de lodo...
? 2. El equipo húngaro estaba cansado
Esto es cierto, puesto que los húngaros llegaron hasta las finales en la rama que resultaba mucho más difícil, derrotando Brasil y Uruguay, mientras que los alemanes llegaron a las finales en la rama mucho más fácil.
? 3. La constitución del equipo
La discusión ya estalló al día siguiente del partido, si Ferenc Puskás se había encargado de jugar sano o no, de todos modos el seleccionador Gusztáv Sebes votó por confiar en el capitán de la selección. Además, hizo jugar a Zoltán Czibor, el extremo izquierdo en el extremo derecho esta vez.
? 4. La lesión de Ferenc Puskás
Es otro tema por tratar. Había algunos que argumentaban que la selección nacional húngara había ganado el partido contra Uruguay, el partido más difícil del Mundial, sin Öcsi Puskás, pero... ?Se podrá omitir un clásico mundial justamente en las finales del campeonato mundial?
? 5. La selección nacional alemana jugó bien
Los alemanes occidentales que habían sido derrotados por 8-3, cierto es que entonces su equipo fue constituido por suplentes mandados a la cancha, esta vez jugaban como si hubieran estado luchando por su vida, y la delantera alemana demostró ser más peligrosa que la línea de ataque húngara de fama mundial.
? 6. ?Se puede hablar de desvanecimiento?
László Feleki escribió al respecto lo siguiente: " Cuando ya teníamos la ventaja de 2-0 contra los alemanes, sin duda se podía notar en la selección un poco de aligeramiento, y en estos minutos no iban a solucionar las oportunidades de la manera más simple, y más segura."